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Xiaomi Redmi Note 8T

En el cada vez más intrincado catálogo de Xiaomi siempre hay hueco para uno más. La firma asiática, que hace apenas dos años desembarcaba en España de manera oficial, ha construido desde entonces una oferta de terminales que supera con creces las expectativas que entonces se tenían, exportando de China toda suerte de smartphones con características que, en buena parte de las ocasiones, son tan similares entre sí que cuesta buscar la justificación de su existencia.

Es el caso de la nueva gama Redmi Note 8, la cual comprende el modelo del mismo nombre, el Redmi Note 8 Pro y el Redmi Note 8T. La marca, independizada de Xiaomi este mismo año pero que aún comparte muchos rasgos operativos y de comercialización con la matriz, ha experimentado un gran éxito en Europa con sus dispositivos, que elevan aún más alto la consigna de las prestaciones de calidad a precio ajustado.

A raíz del éxito del Redmi Note 7 y Redmi Note 7 Pro, no es de extrañar que la marca haya decidido renovar esta línea de terminales para dar respuesta a quienes buscan obtener los mismos resultados en compendio, actualizados con las novedades que han ido surgiendo en el lapso de tiempo entre unos y otros. No se ha cumplido un año desde la última iteración de la gama, pero el paso parece justificado cuando utilizamos el nuevo Redmi Note 8T.

Unos cambios que colocan de nuevo a la oferta de la marca en el corazón del mercado medio y de entrada y contra la que es complicado competir, a pesar de que opciones similares, como el realme 5 Pro, amenazan con ponérselo difícil.

Xiaomi Redmi Note 8T: exactamente lo que esperarías

No siendo una novedad en el mercado, la gama Redmi lleva tiempo ofreciendo las mismas sensaciones, que en el caso del Note 8T se repiten: solidez en la construcción, desempeño sin alardes y una experiencia acorde a lo que uno esperaría por el precio al que se comercializa. Nada más, nada menos.

Si repasamos su exterior, nos encontramos una pantalla LCD IPS de 6,29 pulgadas y resolución 1080×2340 píxeles, la cual se halla enmarcada en un frontal donde hay dos aspectos estéticos notables: primero, un notch con forma de gota de agua en la parte superior, ubicándose en él la cámara frontal; segundo, una gran “barbilla” o marco inferior, superior a la de la gran mayoría de terminales que se encuentran a día de hoy en el mercado. Esto último es quizá lo más llamativo y, aunque no supone un problema para el uso diario del dispositivo, se echa en falta un mejor aprovechamiento de este espacio, pues acrecenta las dimensiones totales del mismo.

Si votamos el smartphone, encontramos en su trasera de cristal un pequeño anillo destinado al lector de huellas dactilares y el principal plato fuerte de este: una cuádruple configuración de cámara –de la que ahora hablaremos– que lleva la versatilidad a las gamas más modestas. Se encuentra en sintonía con otras recientes apuestas de distintos fabricantes, y compone el principal motivo para desear este Redmi Note 8T.

En su interior, la tecnológica ha escondido un procesador Snapdragon 665 de Qualcomm, competente pese a su modestia, y unas capacidades que comienzan en los 3 GB de memoria RAM y 32 GB de almacenamiento interno. Junto a sus 4.000 mAh de batería, el resultado es equilibrado y permitirá consumir contenido multimedia, ejecutar multitarea, jugar a títulos como PUBG y cualquier otra acción sin problema aparente. No es un smartphone pensado para el máximo rendimiento, pero se mueve con soltura en el conjunto de acciones habituales.

Como no podía ser de otra manera, el Redmi Note 8T se mueve bajo la capa de personalización MIUI 10, que enmascara Android 9 con las particularidades gráficas y de software de Xiaomi. El resultado, como suele ocurrir, es mejorable respecto a la experiencia del sistema que oferta Google.

Xiaomi Redmi Note 8T: cuádruple

En este caso, el principal cambio entre la anterior gama y la presente se da en el apartado fotográfico, uno de los que más protagonismo reciben por parte de los fabricantes a la hora de marcar la diferencia con la competencia. Si hasta hace no tanto era la doble cámara la que sorprendía llegando a estos terminales, ahora la cuádruple se abre camino.

Xiaomi apuesta por esta configuración a sabiendas de que la versatilidad fotográfica comienza a ser un factor clave a la hora de decidirse sobre un teléfono u otro, especialmente cuando se trata de ofrecer características tan llamativas como un gran angular. Ante esto, se presenta una configuración que comienza a ser reconocida y que se compone de lo siguiente:

  • Lente principal: 48 MP con apertura f/1.8
  • Gran angular: 8 MP con apertura f/2.2
  • Macro: 2 MP con apertura f/2.4
  • Sensor de profundidad: 2 MP con apertura f/2.4

A plena luz del día, pocas pegas se le pueden encontrar al rendimiento de la cámara, que cumple con su cometido, especialmente si hablamos de la lente principal. En esta, el detalle obtenido es bueno siempre y cuando las condiciones lo permitan, no ocurriendo lo mismo en el resto. El gran angular es en el que uno lo apreciará de manera más notable, permaneciendo su uso exclusivamente reservado para situaciones diurnas si uno quiere obtener resultados aprovechables.

Por pedir, se echa en falta un zoom óptico 2x, ya que parece que la citada versatilidad se esgrime como máximo reclamo del conjunto fotográfico. También que el HDR se active de manera más fiable en modo automático, pues su fallo en el reconocimiento de las situaciones en las que es necesario ocurre de tanto en cuando.

Los aficionados de las fotografías en modo macro disfrutarán de este modo –que requiere también buen pulso–, así como del modo de disparo nocturno, un fijo ya en los terminales de cualquier rango y que permite seguir disparando cuando cae la luz. Naturalmente, este último no se encuentra entre aquellos que encontramos en los buques insignia de firmas como Apple o Google, pero los resultados son más que solventes acordes a la gama.

Fuente: Hipertextual.es

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