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‘EL CUENTO DE LA CRIADA’: LOS 20 MOMENTOS MÁS IMPACTANTES DE LA SEGUNDA TEMPORADA

La gran triunfadora de los premios Emmy del año pasado ha finalizado su segunda temporada confirmando su objetivo: no dejar indiferente a nadie. ‘El cuento de la criada’  sigue regalándonos momentos de gran impacto y tensión. Imágenes fuertes que no se borrarán de nuestra memoria con facilidad. Repasamos algunas de estas escenas que nos deja la continuación de una de las mejores series de la actualidad, amparada por el mundo creado por la escritora Margaret Atwood y que no deja de lanzar -voluntaria e involuntariamente- reflexiones sobre problemas contemporáneos. A fin de cuentas, Gilead es lo que ocurre cuando el fanatismo se apodera del mundo, y todos estuvimos demasiado ciegos y pasivos como para detenerlo.

1. El (casi) ahorcamiento colectivo (2×01). La primera en la frente: el primer episodio de esta nueva temporada nos dejó un momento escalofriante. Pensábamos que June estaba por fin escapando de Gilead, pero resulta que sólo se dirigía hacia una lección ejemplar por parte de la tía Lydia y compañía. Decenas de criadas con la boca tapada con una especie de bozal, atadas de manos y con el cuello puesto en una horca listas para ser ejecutadas, en reprimenda por su negativa a lapidar viva a una de sus compañeras, Janine, en la primera temporada. La imagen es fuerte: la cámara nos enseña las caras terror, las lágrimas e incluso alguna que se orina encima. Como sabéis, ninguna morirá, pero el susto que se llevan -que nos llevamos todos- fue alucinante.

2. June se quita la etiqueta de la oreja (2×01). Como seguramente habréis notado, las criadas tienen insertada en su oreja una etiqueta. Como si fuesen vacas, vaya. Una vez ha conseguido escapar y espera la llegada del siguiente conductor que le acercará un poco más a la libertad, June decide que no puede seguir llevando esa cosa en su oreja. Y que va a hacer lo que sea para quitársela. Y así acaba: con media oreja rota y las ropas llenas de sangre.

3. El ahorcamiento del compañero de Emily, y el por qué del mismo (2×02). Cuando las cosas empezaron a ponerse feas, las minorías empezaron a sufrir la represión que ya parecía haber estado resuelta. Emily es un ejemplo de ello: su vida como profesora universitaria se vio afectada por ser lesbiana, y también la de uno de sus compañeros. Vemos como a ella le reducen horas de trabajo y la van apartando de la vida pública, pero es a ese amigo al que peor destino le espera: en cierto momento aparece ahorcado en la universidad por ser gay. El momento es terrible.

4. Las colonias (2×02). Por primera vez, vemos las famosas colonias donde van a parar estas mujeres que no sirven para ninguna de las otras funciones establecidas en Gilead, ya sea por ser demasiado rebeldes o simplemente infértiles. Allí, como hemos descubierto en esta segunda temporada, trabajan hasta el desfallecimiento, rodeadas de sustancias tóxicas que les revientan los pulmones y provistas de palas que les destrozan las manos. Viven como en un campo de concentración de la Alemania nazi (de hecho, esa parece ser su inspiración directa) y todas ellas acabarán muertas ya sea por la enfermedad, la hambruna o los golpes de los guardias. Una imagen terrorífica.

5. El conductor que la ayudó aparece colgado en Gilead (2×04). En la tentativa de escape de June, conocimos a una familia que la acogió brevemente arriesgando sus propias vidas. Sólo estuvo allí una noche, y al día siguiente siguió su camino sin sobresaltos, pero nada pasa desapercibido ante los ojos del imperio de Gilead. Cuando June es capturada y llevada de nuevo a la capital, la tía Lydia la lleva al muro donde se cuelga a los traidores y le descubre la tragedia: el conductor que la salvó, el padre de la familia, estaba ahí colgando sin vida. Su mujer, le cuenta, ha sido enviada a las colonias. Un alto precio por intentar escapar. Un cargo más en la conciencia de la protagonista.

6. Serena se acuesta junto a June como si no existiese y le acaricia la barriga (2×04). Un momento ‘creepy’ hasta decir basta. Sabemos que en Gilead, las mujeres de los comandantes creen verdaderamente que sienten el embarazo del mismo modo que sus criadas, quienes cargan con el verdadero feto. En esta escena, Serena se acuesta en la cama de June y pone su mano sobre la barriga. June no existe, es una intermediaria invisible. Serena le habla al bebé, acaricia la barriga de su criada como si fuese suya. Y June mira al techo, esperando pacientemente y visiblemente incómoda. Para no estarlo.

7. June y la bañera ensangrentada (2×05). Una imagen llamada a ser icónica en esta serie. Tras el matrimonio de Nick y las complicaciones con el embarazo, su salud mental está en serio peligro. Va perdiendo sangre por todas partes, pero lo esconde y guarda silencio. Cuando se está bañando, toda esa sangre que sale de sus partes íntimas se mezcla con el agua y al deja bañada en líquido rojo. El plano es maravilloso: el reflejo de una June que está perdiendo la cabeza, y que piensa claramente en el suicidio, en el agua ensangrentada. Una imagen, incluso, de poder metafórico, pues hay dos Junes dentro de la protagonista: la que quiere tener el bebé sin complicaciones y la que preferiría verle muerto antes que crecer en el seno de Gilead.

8. Ofglen se inmola en un edificio lleno de comandantes (2×06). Las criadas están en plena revolución silenciosa, y la explosión más violenta se dio en este episodio de la mano de Ofglen. Los comandantes estaban teniendo una reunión de alto postín, con varias filas de criadas observándolos desde el exterior del edificio y algunas plantas superiores, cuando de repente Ofglen, con una bomba en mano, corre por en medio del pasillo provocando el pánico. Pronto explota, llevándose por delante muchos de los asistentes (desgraciadamente, no a Waterford, al que solo deja algo tocado). Tras esa escena, tendremos otra imagen impactante: la de los uniformes funerarios de las criadas.

9. La médico que Serena manda traer para examinar a Angela (2×08). No es tanto el hecho de que Serena, solidarizada por lo que implica dejar morir a un bebé en Gilead, decida tomar cartas en el asunto para curar a la niña, sino más bien por lo que implica la presencia de la Martha en cuestión. La que ahora es una sirvienta en una casa cualquiera, antaño fue una de las mejores médicos del país. Al llevarla a las instalaciones del hospital y hablarle de la situación, y superado el miedo inicial por las represalias de lo que estaba a punto de hacer, la mujer se pone manos a la obra: al volver a tener en sus manos sus utensilios de trabajo, tanto ella como Serena sienten un momento mágico. Pero escalofriante. ¿Cómo hemos dejado que las mejores profesionales sean relegadas a la pura servidumbre?

10. Fred castiga a Serena con un cinturón por lo anterior (2×09). Como en los tiempos de nuestros abuelos, el marido castiga a la mujer por haberse portado mal. Y lo hace con un cinturón. Sabíamos que Fred no era un hombre ejemplar, pero nunca habíamos visto pegarle a su mujer, a la que “respeta”, de ese modo. Se siente casi como una reprimenda a una niña pequeña e inconsciente. Los golpes son impactantes, pero casi lo es más el dolor en la cara del personaje cuando, ya en su habitación, se observa las heridas ante el espejo.

11. El milagro de Janine (2×09). No hay nada como el amor de una madre. Las dolencias de la pequeña Angela, a pesar de contar con la ayuda de la médico, parecen no tener arreglo. La muerte está llamando a su puerta, y sus padres están devastados. También Serena y June, que han presenciado todo el proceso. Y, por supuesto, también Janine, la madre biológica de la pequeña, que en última instancia realiza el momento fantástico de la temporada. Un acto de amor que parece apelar a la magia, a lo incontrolable, y que acaba curando a la niña. Esa imagen, llena del brillo de la luz matutina y la pureza del blanco, nos dejó boquiabiertos.

12. Las cartas se hacen virales (2×09). El momento #MeToo de la temporada tuvo lugar en Canadá. Allí estaban los Waterford, intentando convencer al gobierno -y al mundo- de que Gilead no es ninguna dictadura de fanáticos y que las mujeres están allí por elección propia. Pero las manifestaciones llenas de familiares de las secuestradas y los ya fallecidos no estaban dispuestas a ponérselo fácil. Pero necesitaban algo más: necesitaban pruebas. Nick le entrega decenas de cartas de mujeres a Luke, el marido de June, para que las haga públicas. Y, al hacerlo, las negociaciones se van al traste. “Creemos a las mujeres”, dicen desde el gobierno. Y tanto que las creemos.

13. La violación para inducir el embarazo (2×10). Sin duda, uno de los momentos más desagradables de la temporada. June ha estado a punto de ponerse de parto, pero ha sido una falsa alarma. Los Waterford se preguntan, ¿qué podemos hacer para acelerar el proceso? Por vías naturales, comentan. Por vías naturales… como la violación. Y así lo hacen: entre ambos cogen a June y, sobre la cama, Fred la viola de nuevo para inducir al parto más rápidamente. Los gritos de nuestra protagonista son espeluznantes. Un momento para olvidar cuanto antes mejor.

14. El reencuentro con Hannah (2×10). Para momento desgarrador, sin embargo, el que protagoniza Hannah, la primera hija de June. La pequeña está con otra familia en Gilead, pero aún recuerda a su madre (aunque le cuesta). Al recordarla, todo se vuelve increíblemente dramático: los abrazos, los besos, las despedidas, las promesas… Y de nuevo, corriendo entre la nieve, para abrazarla por última vez, para darle una última sonrisa antes de que se dé la vuelta y June pueda empezar a descomponerse por dentro. Al recordar este momento, se entiende mejor la decisión que toma en los últimos minutos de esta segunda temporada.

15. Oprah entra en acción (2×11). Quizás no te diste cuenta, pero Oprah Winfrey ha hecho un cameo en esta temporada. Sí, como lees. Cuando June está intentando desesperadamente sacar el coche del garaje cerrado, acaba desistiendo y poniendo la radio. Así, se entera de que Gilead está siendo rechazado por la comunidad internacional, y que se estudian medidas para desmantelarlo. La esperanza invade a June, y viene con la voz de Oprah. Suena ‘Hungry Heart’ de Bruce Springsteen: “Ahora, una canción para recordarles a todos los que están escuchando, patriotas estadounidenses o traidores de Gilead, que todavía estamos aquí“. Un mensaje lleno de esperanza, que deja en June unas ganas de luchar más intensas que antes. La guerra no ha acabado.

16. El parto (2×11). Para algunos, este capítulo fue una auténtica película de terror. Hemos visto multitud de partos en el cine, pero este -por su dramatismo, por su dolor, por su contexto, por su imagen llena de sombras- ha sido especialmente traumático. Confirma que June es una auténtica superheroína, por enfrentarse sola a este momento y salir airosa. Que es una guerrera, aunque eso ya lo teníamos claro. Con la luz de la chimenea alumbrando su cuerpo desnudo y su barriga hinchada, esta escena nos dejó a todos petrificados.

17. La ejecución pública de Isaac y Eden (2×12). Uno de los momentos más impactantes de la temporada lo ha protagonizado una pareja que nadie se esperaba. Ni ellos mismos. Eden, la mujer de Nick, e Isaac, uno de los guardias de seguridad de los Waterford, se enamoraron sin apenas darse cuenta. Y, como dice June, en este mundo hay que agarrarse con fuerza a cualquier amor y promesa de felicidad que se presente. Y así lo hace la beata Eden, aunque volver a casa no fue una buena idea. Tras la denuncia de sus padres y su encarcelamiento, ambos tórtolos son sentenciados a pena de muerte si no se retractan. No están dispuestos a ellos, firmes a sus sentimientos hasta el final, que acaba siendo morir ahogados en una piscina municipal. Romeo y Julieta, aprended.

18. Serena desafía a los comandantes leyendo la Biblia (2×13). El viaje interior de Serena en esta segunda temporada es encomiable. Su apogeo llega en el último capítulo, cuando reúne a decenas de esposas de los comandantes y se presenta delante de ellos para reclamar que las mujeres puedan leer la palabra sagrada. No por ellas: quieren que sus hijas sean capaces de leer y aprender de la palabra de Dios. La demanda es aceptable, pero Serena no quiere quedarse ahí. Ella quiere provocar. Coloca en su atril una Biblia, la abre y empieza a leer ante las incómodas posturas de sus interlocutores. Después perderá un dedo por esa osadía, pero ese momento de rebelión dentro de las propias estructuras de Gilead es impagable.

19. Emily apuñala a la tía Lydia (2×13). Que te extirpen el clítoris no es algo que se olvide con facilidad. Emily le tenía una gorda guardada a tía Lydia, y se la ha devuelto en el último episodio de la temporada: cuando se da la vuelta para irse de la casa, Emily se abalanza sobre ella y le clava un cuchillo en la espalda. Así, cae por las escaleras y queda tendida en el suelo. Aún no sabemos si estará muerta o no (¡esperemos que no!), pero el impacto de verla en esa tesitura es innegable.

20. June no se sube al coche (2×13). La última sorpresa que nos reservaba la temporada sí es, por fin, una decisión consciente de June. Aunque a muchos les haya sorprendido para mal. Ante una nueva ocasión de huir de Gilead, y después de haberlo intentado por activa y por pasiva durante toda la temporada, June decide que se quiere quedar. Probablemente está pensando en Hannah, a la que quiere rescatar de ese infierno, y también seguramente en la red de Marthas que la han llevado hasta ese punto, y que demuestran que aún hay colectivos rebeldes organizados. ¿Se unirá a ellos? ¿Volverá con los Waterford? ¿Qué pasará a partir de ahora? Habrá que esperar para averiguarlo.

Fuente: Fotogramas

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