Comienza el mes y con él las celebraciones en honor a Gaia, la madre Tierra, cuyo punto cumbre es el 22 de abril. Desde hace décadas venimos escuchando sobre los males que la aquejan, pero ¿sabemos realmente cómo están sus signos vitales en 2019? Hagamos un conteo de todo lo que es urgente mejorar para darle una vida más larga y saludable a nuestro planeta:
1. Pérdida de biodiversidad
De acuerdo al informe Planeta Vivo 2018 por WWF, se ha perdido 60% de las poblaciones de vertebrados en menos de 50 años, siendo las de agua dulce las más afectadas con una caída del 83% desde 1970. ¿La razón? En su mayoría, el rastro de la actividad humana, que ha contaminado, explotado al límite o destruido sus hábitats, perjudicando así a todas estas especies animales y vegetales.
2. Deforestación masiva
Y ya que hablábamos de pérdidas, aunque sabemos que los árboles son los mejores reguladores de la temperatura terrestre (los bosques capturan 650 mil millones de toneladas de carbono) y su interacción con los suelos crea ecosistemas fértiles y sanos, los humanos hemos insistido en abrirnos espacio para hacer sembradíos industriales, complejos inmobiliarios y todo lo que se nos ocurra, alterando el balance natural y acabando con los pulmones del planeta un desmonte a la vez.
3. Plásticos de un solo uso
Con la popularización del plástico en los años 50 del siglo pasado, la humanidad parecía entrar en una época de progreso y conveniencia, sin saber que un material tan versátil y duradero terminaría siendo, por esas mismas características, el dolor de cabeza más grande de la Tierra, ya que ha invadido todos los espacios de la Naturaleza, incluyendo el estómago de los animales con los que nos alimentamos. Ya se ha legislado en algunos países contra los plásticos de un solo uso, entre ellos sorbetes, bolsas, hisopos, bandejas y cubiertos, pero el recorrido apenas está comenzando y aún se pueden encontrar toneladas de este polímero en playas, bosques y parques.
4. Contaminación atmosférica
Aunque todos los tipos de contaminación son indeseables, la atmosférica se caracteriza por ser silenciosa y, a veces, invisible, pero con un gran impacto en nuestra salud. Ya son comunes las imágenes de personas caminando frenéticamente por las ciudades usando tapabocas o las alertas ambientales por la mala calidad del aire. Del oxígeno que respiramos depende el funcionamiento de nuestro organismo, especialmente el de los niños. De acuerdo con el sitio BreatheLife2030.org, al menos un tercio de las muertes por accidentes cerebrovasculares, enfermedad respiratoria crónica y cáncer de pulmón tienen su causa en la contaminación atmosférica.
5. Calentamiento global
Los mismos factores que acaban con la calidad del aire también contribuyen al efecto invernadero que aumenta las temperaturas del planeta. Emisiones de carbono, gas metano y ozono en la tierra se concentran en la atmósfera e impiden que el calor absorbido por la tierra escape, aumentando, de este modo la temperatura del planeta y generando consecuencias tan catastróficas como la acidificación de los océanos, la cual está acabando con la posibilidad de la vida en ellos; el derretimiento de los polos, que implica la pérdida de hábitat de osos polares, por ejemplo, pero también alteraciones en las corrientes oceánicas y un aumento en el nivel del mar que perjudicaría a las ciudades costeras. El calentamiento global también genera fenómenos climáticos impredecibles, como tormentas intensas, sequías e incendios forestales. ¿Seremos capaces de adaptarnos a esta “fiebre” que tiene nuestra Tierra?
Estos son algunos síntomas de la frágil salud de nuestro planeta. ¿Crees que está en fase terminal o hay esperanza de recuperar sus signos vitales? ¿Se te ocurre alguno que hayamos dejado por fuera? ¡Comparte y comenta!
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