Auge, caída y resurrección de Brendan Fraser: celebramos el cumpleaños de la estrella recordando una de las carreras más irregulares de Hollywood.
¿Debe un actor dejarse encasillar en un rol si, supuestamente, se le da bien y cuenta con el beneplácito del público? ¿Debe hacerlo aún sabiendo que ese rol tiene fecha de caducidad y que puede ser pan para hoy y hambre para mañana? Brendan Fraser, que hoy cumple 52 años, sabe de sobra que esa estrategia es absolutamente errónea. Entre finales del pasado siglo y principios del actual, Fraser se hizo un nombre en Hollywood casi siempre interpretando a personajes bonachones y algo bobos que no entendían qué ocurría a su alrededor, como si el entorno les sobrepasase sin que ello tuviese consecuencias realmente negativas para ellos. Ese papel, desarrollado en títulos como ‘Al diablo con el diablo’, puede funcionarte cuando tienes 30 y pocos años. Pero entrada la madurez, Fraser no supo reinventarse, empezó a encadenar un fracaso tras otro convirtiéndose, durante un tiempo, en uno de esos intérpretes apestados con los que nadie se atreve a trabajar.
PERDER EL ÚLTIMO TREN
El último éxito comercial (Fraser jamás gozó del beneplácito de la crítica) de su carrera fue ‘Viaje al centro de la Tierra’ (Eric Brevig, 2008). Era la típica cinta de aventuras con toques de humor en la que Fraser se sentía como pez en el agua. Pero el actor labró su propia tumba al no aprovechar el último tren de su carrera. El film tuvo, lógicamente, una secuela igual de exitosa, pero Fraser se negó a trabajar en ella si Eric Brevig no era de nuevo el director, y esa fidelidad acabó pasándole factura: ‘Viaje al centro de la Tierra 2’ fue dirigida por Brad Peyton y los productores le sustituyeron por Dwayne Johnson sin que el rendimiento comercial de la franquicia (de la que ya se prepara una tercera parte) se resintiese en absoluto.
EL ETERNO ECLIPSADO
De hecho pocas películas han dependido de Brendan Fraser para tener éxito. En aquellos títulos realmente relevantes en los que se puso a prueba como actor dramático, acabó siendo siempre eclipsado por sus compañeros de reparto. Ocurrió con Ian McKellen en ‘Dioses y monstruos’ (Bill Condon, 1998), y con Michael Cane en ‘El americano impasible’ (Phillip Noyce, 2002). McKellen y Caine fueron nominados al Oscar por sus respectivas películas mientras Fraser se lo miraba desde la lejanía de su butaca.
EL APLAUSO DEFINITIVO
Precisamente una entrega de premios supuso el ocaso definitivo de su imagen pública.. En los Globos de Oro de 2010, el actor se convirtió en el hazmerreír de la Red y en objeto de numerosos memes cuando aplaudió un gag de Robert De Niro de un modo ciertamente ridículo que no pasó desapercibido, ni para el realizador de la gala, ni para nadie. Ese momento supuso, simbólicamente, la constatación de que ya nadie se tomaba en serio a Fraser.
DE ‘CRASH’ AL CATACRASH
No podemos olvidar, no obstante, que el actor tiene en su haber el haber participado en una obra ganadora del Oscar a la Mejor Película. Se trata de ‘Crash’, de Paul Haggis. Por un lado, la triunfadora más discutida de, pongamos, ¿los últimos 20 años? Y por otra parte, una de las películas más corales que se hayan llevado la estatuilla dorada en la historia de los premios. De hecho, la cuota de pantalla de Fraser en ‘Crash’ era mínima. Pero el actor hubiese hecho bien en fijarse en el ejemplo de su esposa en aquel film, Sandra Bullock. Ambos vivían los momentos más bajos de sus respectivas carreras cuando participaron en el film de Haggis, pero la Bullock supo que había llegado el momento de reinventarse. Aparcó momentáneamente las comedias románticas de bajo pelo, rebajó su caché, y empezó a picar piedra de nuevo desde abajo. Ahí están ‘The Blind Side’ (2009), por la que ganó el Oscar a la Mejor Actriz, o ‘Tan fuerte, tan cerca’ (2011) para explicar cómo llegó a trabajar para Alfonso Cuarón en ‘Gravity’ (2013). Fraser, sin embargo, ha optado por trabajar en el mismo tipo de películas de muy baja estofa que le otorgaron cierta popularidad en su momento, con rendimientos cada vez peores, hasta llegar a un hecho irrefutable: no hay ni un sólo título medianamente interesante en su filmografía en los últimos cinco años, y algunos como ‘En pata de guerra’ (Roger Kumble, 2010) o el thriller ‘Breakout’, que se estrenó directamente en DVD, (Damian Lee, 2013), son totalmente bochornosos.
TANTO VENDES, TANTO VALES
Pero el auténtico motivo por el que ya nadie contrataba a Fraser en Hollywood era puramente comercial. Hubo un tiempo en que sus películas daban dinero, pero haciendo un repaso a sus trabajos, parece evidente que más que un reclamo era un repelente de espectadores. ‘Corazón de tinta’ (2008), por ejemplo, costó 60 millones de dólares y recaudó 62 en todo el mundo; ‘En pata de guerra’ (2010) costó 35 millones y recaudó 36; ‘Medidas extraordinarias’ (2010) costó 31 millones y recaudó sólo 15, pese a contar con Harrison Ford en el reparto; pero el caso más flagrante fue el de ‘Pawn Shop Chronicles’ (2013): se estrenó sólo en 15 salas de Estados Unidos, y recaudó la irrisoria cifra de 8.000 dólares (aunque sería justo decir que hubo otros factores que explican con mayor precisión el fracaso del film).
LA TELEVISIÓN Y STEVEN SODERBERGH: LA ERA DE LA RESURRECCIÓN
Tras un largo parón, el actor regresó a la industria de la mano de la prestigiosa serie ‘The Affair’, donde interpretó al oficial de seguridad John Gunter. Una aparición con la que, casi irreconocible, trató de reconducir una carrera condenada al fracaso. De hecho, continuó trabajando en la pequeña pantalla en producciones como ‘Trust’, con Donald Sutherland y Hillary Swank. Mucho más cuidadoso a la hora de elegir sus proyectos, este años hemos podido verle bajo las órdenes de Steven Soderbergh en ‘Sin movimientos bruscos’, junto a Benicio del Toro y Jon Hamm, y en su agenda de proyectos futuros aparecen ‘Killers of the Flower Moon’ (Martin Scorsese, 2022), ‘Batgirl’ (Adil El Arbi, Bilall Fallah, 2022), ‘The Whale’ (Darren Aronofsky, 2022) y ‘Brothers’ (Max Barbakow, 2023). ¡Ha (re)nacido una estrella!
Fuente: Fotogramas.es