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¿Qué pasaría si la Luna se saliera de su órbita y amenazara a la Tierra? Descúbrelo en «Moonfall»

Platicamos en exclusiva con Roland Emmerich, quien vuelve a amenazar la vida en la Tierra en su nuevo filme, Moonfall, que se estrena a nivel mundial.

Es medio día en Los Ángeles, California, pero las persianas cerradas de la oficina de Roland Emmerich no dejan pasar la luz.

La pantalla revela los rostros de Halley Berry, Patrick Wilson y John Bradley, quienes montados en un transbordador espacial intentan escapar de una mega tormenta de piedras cayendo del cielo, con la misión de alcanzar a la Luna, pues el satélite natural de la Tierra está desplomándose hacia ella.

Tras haber caminado la sala de espera y recibido un pequeño tour en el cuartel general de quien hiciera StargateID4: Independence DayGodzillaThe Patriot2012 y The Day After Tomorrow, no hay duda que el estudio de Emmerich existe al servicio de la imaginación de su dueño.

Mientras afiches, maquetas y naves miniatura adornan las paredes y muebles, es tiempo para que el realizador alemán comparta con ESQUIRE tres secuencias importantes de su nuevo cataclismo en el cine, Moonfall.

Con la sobriedad de un científico inventor de cohetes, pero la sonrisa de un niño travieso, Emmerich revela detalles que rodean a los personajes de Berry y Wilson, como astronautas, quienes son guiados por el propagador de teorías de la conspiración (Bradley) a detener a la Luna, en lo que suena como la historia más descabellada, aún para los estándares de Roland.

Eres un maestro de las películas de desastre, se nota lo mucho que te diviertes al momento de hacerlas. Películas como ID4 y ahora Moonfall, sólo revelan un sentido de disfrute detrás…

A uno le debe gustar lo que uno hace. Soy muy apasionado en hacer este tipo de películas. No voy a ponerme a justificar el por qué me gustan. Creo que se nota en la pantalla.

Otra cosa también que quiero decir, es que he tratado de inyectar más cantidad de sentido del humor en mis cintas, porque estas películas no se pueden tomar tan en serio. 

Un actor que saltó a la fama cinematográfica bajo tu dirección, portando su sentido de humor, fue Will Smith en Independence Day (1996). ¿Estás orgulloso de haber traído al también llamado Príncipe del Rap de la televisión al cine para salvar al mundo de los extraterrestres?

Claro que sí, porque en ese tiempo tuve que pelear por él para reclutarlo como actor principal de ID4. El estudio, 20th Century Fox, no estaba convencido que Will Smith podría cargar con una película de tal magnitud. Yo me sostuve necio en mi sitio sólo diciendo: “¡No… no… no!” Y entonces, de último momento, pude finalmente contratarlo.

Hablemos de Moonfall. ¿Cómo vino la idea de meterse con la Luna?

La idea viene de un libro que se llama ¿Quién construyó a la Luna? Es muy provocativo y posee muchos argumentos que defienden su propuesta.

Para mí, se me hizo muy interesante el concepto de que la Luna se está cayendo sobre la Tierra; pero no nos enteramos por qué está sucediendo. Esa idea se quedó bien fija en mi cabeza.

Leí ese libro hace como 8 años, y tres años después escribí una página tipo boceto con la idea de hacer una película en la que la Luna caía a la tierra; pero la razón no es lo que crees es.

Cuando los héroes finalmente se enteran, pueden concebir cómo detener el cataclismo. Hay una especie de lógica en ello.  De hecho, cuando ellos se adentran en la Luna, aprenden de los orígenes de la Tierra.

Hablar de la supervivencia de la raza humana, nos lleva a pensar en el ambiente. Tus películas The Day After Tomorrow y 2012, de alguna manera abordan el colapso de la vida cuando la naturaleza se revela o maltrata, por no decir la ira de Godzilla que también se genera de la intervención atómica. Ahora, ya es común escuchar a los héroes modernos decir que debemos cuidar a nuestro planeta.

Para mí, fue un punto crucial cuando hice The Day After Tomorrow, porque tenía el sentimiento que nadie se había dado cuenta de lo que le estábamos haciendo a la Tierra. Así que yo fui uno de los primeros que primero lo puso en cine.

Mientras tanto, no creo que el mundo se haya vuelto más positivo, es exactamente lo opuesto, se ha tornado más negativo. Y ahora sientes esta sensación de que todo está perdido. Además, los políticos no están haciendo casi nada al respecto.

Por ejemplo, Trump niega el cambio climático. Incluso Biden no ha sido muy insistente de que el medio ambiente está cambiando. Suceden además estas reuniones de las potencias mundiales hablando de que en 2035 sí habrá ese punto de no regreso si no se hace algo y yo digo: “¡Háganlo ahora!”

Así que como resultado de todo esto, me he vuelto cada vez más pesimista. Llámalo como quieras, pero después de estos poderosos huracanes, fuegos forestales y vientos destructores, ¿cómo no puedes ver las señales de que algo está cambiando? Un día nos despertaremos en un mundo que ya no existe.

¿Cómo describes las motivaciones de estos astronautas que hacen mancuerna para salvar la Tierra?

Los personajes de Patrick Wilson y Halle Berry, Brian y Jo, se suben a ese transbordador espacial rumbo a la Luna con la intención de salvar a sus hijos. Él tiene un niño más grande y ella uno más pequeño.

Ellos se embarcan en la misión a la Luna más por salvar a sus hijos, que por el amor al planeta. Y pues es la única razón por la que una persona se jugaría el todo por el todo, darles una oportunidad de vida a sus descendientes.

Brian, por ejemplo, debe pelearse con su ex-esposa para abordar su misión, mientras que el gobierno quiere lanzar misiles nucleares a la Luna, lo que va a empeorar las cosas.

Y para Roland Emmerich, ¿cuál es el tema de Moonfall?

Para mí, es más sobre explorar de dónde venimos y a dónde vamos. En Moonfall mostramos la presencia de IA (inteligencia artificial), así como muchas llamadas de peligro durante la película. Y lo que me enfoco es en cómo la inteligencia artificial va a estar atentando contra nosotros.

La verdad es que hay mucha historia por delante y me encantaría hacer las partes 2 y 3 de Moonfall; porque la historia se vuelve más interesante. No ha terminado, definitivamente que no.

Fuente: Esquire.com

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