Ocho año después de su anuncio, finalmente estamos ante uno de los videojuegos más esperados de 2020. Cyberpunk 2077 ya está aquí, pero su lanzamiento ha sido sumamente accidentado. Hay mucho que hablar sobre el proyecto más reciente de CD Projekt Red. ¿Realmente es una decepción en todos los sentidos? O es capaz de acercarse a esa revolución que tanto prometió. Te lo cuento en este análisis.
A estas alturas, seguramente ya estás completamente enterado del accidentado lanzamiento de Cyberpunk 2077. En este momento me resulta complicado recordar un juego que, después de muchos años de espera y una expectación que se disparó hasta las nubes, haya vivido sus primeras semanas rodeado de tanta polémica. Y todavía más sorprendente: fue liderado por un estudio que hasta hace unos días era uno de los más respetados y admirados de la industria de los videojuegos. Sin lugar a dudas, la situación actual de Cyberpunk 2077 no ha sido sencilla para CD Projekt Red. Pero tampoco para los jugadores, que al final son quienes confiaron y se ilusionaron con el proyecto. Incluyéndonos…
Voy a ser honesto desde el principio. Analizar Cyberpunk 2077 con el contexto que lo rodea ha sido un tanto enrevesado. Si bien muchos coinciden en que la cantidad de bugs es abrumadora en consolas, otros señalan que su aventura no fue arruinada pese a los pocos fallos que se encontraron. El segundo caso, “por fortuna”, encaja en mi experiencia. Esto no quiero decir que estuve libre de errores técnicos o que un número menor sea justificable. El rendimiento, como seguramente sabes, depende de la plataforma en que se haya jugado. Para este review se usó la versión de PS4 corriendo en una PlayStation 5 gracias a la retrocompatibilidad. Ojo, porque en este momento no existe una versión nativa que aproveche al 100% el poderío técnico de las consolas next-gen. El parche de siguiente generación llegará el próximo año.
Night City es espectacular visualmente, pero en lo jugable está totalmente desaprovechada
Mucho se habló de si estábamos ante el videojuego que supondría una revolución para la industria; aquel que marcaría un antes y después para el género del mundo abierto y los RPG. Esta creencia, impulsada principalmente por la expectación que CD Projekt y nosotros mismos generamos, se convirtió en una bofetada de realidad con el paso de las horas. Jugar Cyberpunk 2077 ha sido una montaña rusa de emociones. Tiene cimas en las que, efectivamente, estás contemplando un listón de calidad muy alto. No obstante, también sufre caídas que perjudican la obra en general; momentos en los que exponen claramente que al juego le hicieron falta varios meses de desarrollo. Y este comentario no lo digo solo por los bugs.
No, Cyberpunk 2077 no es una revolución, ni mucho menos. De hecho, el título se apoya en múltiples juegos que triunfaron en el pasado. No es difícil distinguir elementos heredados de Fallout, Mass Effect, The Elder of Scrolls: Skyrim, Deus Ex, Watch Dogs y, desde luego, The Witcher III: Wild Hunt. Este último también creado por CD Projekt y responsable de catapultar a los polacos hacia el Olimpo. Lo aviso desde ahora: si eres de las personas que esperaba jugar un GTA con ambientación cyberpunk, te recomiendo darle la espalda y seguir otro camino. La relación entre ambos, al menos en sus pilares jugables, es casi inexistente.
Cyberpunk 2077 nos traslada hasta Night City, una ciudad en la que las luces neón y la tecnología forman parte de su identidad. Cada uno de sus rincones intentan retratar una sociedad infestada de problemas; una crisis económica y social que derivan también en una crisis de oportunidades para salir adelante. Y es en ese marco de desastre es donde comienza el juego, con un personaje ávido de ganarse su lugar en un mundo fragmentado. Los obstáculos serán demasiados, pero V, como han nombrado al protagonista, está dispuesto a hacer lo que sea con tal de lograr su propósito. El “inconveniente” es que, como en la vida real, la mayoría de las veces debes empezar desde cero.
Al comenzar la aventura, el juego nos hace elegir alguno de los tres pasados para V: Nómoda, Buscavidas o Corpo. En un juego tan ambicioso como Cyberpunk 2077, lo normal sería pensar que el resto de la aventura está sujeta al pasado seleccionado. Sin embargo, la influencia de tu decisión es muy pobre. El pasado solo influye en los primeros minutos de la historia, en alguna opción de diálogo adicional del sistema de decisiones o en el acceso a un número menor de actividades secundarias. Pero no más. Francamente no entiendo qué sentido tiene dividir los antecedentes del personaje si al poco tiempo todos van en la misma dirección.
Posteriormente entra en escena un robusto sistema de personalización del personaje. No solo en lo visual, que te permite editar casi cualquier parte de tu cuerpo, también con habilidades a las que puedes sumar una cantidad de puntos limitada. Es a partir de este momento cuando Cyberpunk 2077 comienza a sobresalir como RPG, el género que CD Projekt aprendió a dominar a la perfección. Estos atributos, a diferencia de la selección de un pasado, sí que pueden alterar sustancialmente tu travesía por Night City. Y es que gracias a este sistema, que puedes seguir mejorando durante toda la aventura, refuerzas ciertas habilidades y dejas atrás aquellas que no te interesan o crees utilizar menos. Al empezar tu travesía en Cyberpunk 2077 te sentirás abrumado por su complejo sistema de progresión y desbloqueo de habilidades, pero con el paso de las horas lo dominarás al 100%
¿Cómo contribuye la elección de habilidades en la experiencia de juego? Bueno, primero hay que decir que la progresión en Cyberpunk 2077 es algo complejo. De hecho, durante las primeras horas te sientes abrumado entre tantas cosas que puedes añadir y mejorar. Afortunadamente, el juego te explica de manera adecuada todas las posibilidades que tienes a tu alcance. V cuenta con un completo árbol de habilidades que, a su vez, se divide en múltiples ramificaciones: constitución, reflejos, habilidades técnicas, inteligencia y temple. Incluso dentro de cada ramificación encontrarás otros subniveles con habilidades más específicas. La cantidad es brutal, y será muy complicado que las desbloquees todas cuando te enfoques en tu estilo de juego.
Si bien hice mención de cinco tipos de habilidades, los atributos que elijas terminan reflejándose en tres apartados: combate, sigilo y hackeo. Sí, es posible hacer un balance entre los tres, aunque al final siempre terminas dando mayor prioridad a uno o dos. Ahora bien, el sistema de progresión de habilidades no es perfecto. Antes indiqué que el número a desbloquear era bastante grande, sin embargo, muchas de ellas son casi iguales y solo varían en el porcentaje que suman a una determinada estadística. Hay algunas habilidades cuya mejora es mínima; por consiguiente, no notas un cambio notable en tu personaje.
Del combate hay mucho que decir. Cyberpunk 2077 nos ofrece una amplia variedad de armas. Pistolas, fusiles de asalto, subfusiles, rifles de francotirador, escopetas y explosivos de todo tipo. El arsenal es intachable. Por si esto no fuera suficiente, tu armamento se puede mejorar tanto en estadísticas como en accesorios. Recolectar componentes y desmontar objetos se vuelve fundamental para acceder a esa mejora que tanto deseas. Indudablemente, esto no podría brillar sin un gunplay que funcione de forma óptima. Debo resaltar que las sensaciones al disparar son fenomenales con todas las armas. Puedes notar la diferencia en poder y el salto en desempeño que obtienen cuando reciben un upgrade.
Asimismo, se integra un sistema de coberturas muy bien logrado. V puede protegerse de los proyectiles enemigos en paredes u otras estructuras y objetos del escenario. Se agradece que los polacos hayan dedicado tanta atención a una mecánica clave como el gunplay. Por desgracia, no puedo decir lo mismo del combate cuerpo a cuerpo. Siempre que tuve la oportunidad evité atacar o defenderme con armas blancas. ¿La razón? Los movimientos se sienten torpes, inclusive tras haber progresado en el árbol de habilidades y en el cyberware, del cual hablaré más adelante. La perspectiva en primera persona nunca ha sido adecuada para los enfrentamientos corporales y Cyberpunk 2077 tampoco consiguió resolver ese problema.
El hackeo, por otra parte, se inspira en un juego que ha dominado la técnica en los últimos años: Watch Dogs. En los escenarios podrás observar un buen número de equipos que son vulnerables a los ciberataques. Los hay de muchos tipos, y de ti dependerá escogerlos en función de la circunstancia que atraviesas. Debo decirte que, aunque en primera instancia hackear pudiera parecer la mecánica más prescindible de todas, cuando la dominas puede cambiar el rumbo de una misión. Por ejemplo, en un escenario con muchos enemigos y armas tecnológicas que vigilan por doquier, recurrir al hackeo puede ayudar a limpiar la zona antes de buscar apoyo en tu arsenal. A excepción del combate cuerpo a cuerpo, los enfrentamientos con enemigos transmiten sensaciones muy positivas. El gunplay funciona de forma óptima y la diversidad de armas es muy grande
Quise dejar el sigilo para el final porque, en mi opinión, es el estilo de juego que puede convivir perfectamente junto al hackeo. Lo anterior no significa, sin embargo, que no puedas combinar tu poder de fuego con la infiltración. Eso sí, el sigilo viene con un disgusto, y es que se vuelve una experiencia demasiado monótona. Solo basta con analizar hacia dónde observan los enemigos a través del mapa, trazar una ruta fuera de su vista y moverse agachado. Y si lo que quieres es eliminar a un enemigo sin hacer ruido, te colocas a sus espaldas y pulsas un botón de ejecución automática —o aturdimiento—. Es precisamente por este motivo que lo apropiado es llevar el sigilo de la mano del hackeo para que sea divertido.
Para finalizar con lo referente a la progresión de habilidades, no puedo olvidarme del cyberware. Se trata de un sistema de implantes cibernéticos que agregan capacidades adicionales al cuerpo del personaje. Funcionan de manera independiente al árbol de habilidades, así que obtenerlas no depende de los puntos de atributo, sino de los eurodólares —la moneda del juego—. Los complementos son caros, muy caros, y posiblemente la mayoría de tus ahorros se vaya en mejorar tu cuerpo. Debes tomar en cuenta, además, que el cyberware se obtiene con los “matasanos” de Night City. Tus brazos, piernas y hasta la vista, entre otras, pueden obtener mejoras que resultarán clave en el cumplimiento de las misiones más desafiantes, pues los implantes sí marcan diferencia desde un inicio.
Una vez que expuse mis comentarios sobre cómo funciona la progresión en Cyberpunk 2077, es el turno de analizar si la historia, misiones y diseño de niveles realmente son capaces de aprovechar ese extenso abanico de posibilidades. Y en este sentido, nuevamente tengo sensaciones mixtas. Lo primero: la historia mantiene tu interés la mayor parte del tiempo; es entretenida. Digo “casi” porque hay momentos con altibajos, pero nada grave que entorpezca un muy buen desarrollo de personajes principales. No solo del protagonista, que transmite esas ganas de sobresalir y reponerse a problemas inesperados, también de todos los rostros que aparecen durante buena parte de la aventura.
Tengo que hacer hincapié en que la historia de Cyberpunk 2077 es, en efecto, un conjunto de narrativas que en determinado momento se entrelazan con el camino del protagonista. Los demás personajes igualmente enfrentan sus propios objetivos, dificultades y miedos. Unos suelen ser expresivos para no dejar dudas de sus intenciones, mientras que otros son cautelosos y ocultan sus verdaderos propósitos. No obstante, la forma en que te involucres con ellos y la relación que construyas —o destruyas— va de la mano con tus decisiones. Aquí CD Projekt vuelve a sacar pecho de su dominio con los RPG.
El sistema de decisiones, más allá de cambiar ligeramente el rumbo de la narrativa, te permite conocer con mayor profundidad el contexto que rodea a la situación y, sobre todo, a los personajes con los que interactúas. El ejemplo más evidente es el de Johnny Silverhand (Keanu Reeves), que para mi sorpresa tuvo apariciones constantes y significativas. Conocerlo a fondo a lo largo de la historia, escuchar sus quejas, burlas y comentarios llenos de sarcasmo, y al mismo tiempo averiguar la causa de su actitud y desenfreno, se convierte en toda una experiencia interactiva. Eso sí, con otros personajes no se replica al mismo nivel, pero eso no quita que los diálogos con el resto marchen a buen ritmo.Cyberpunk 2077 ofrece decenas de horas de juego gracias a su gran oferta de contenidos. La variedad de actividades por disfrutar en Night City es bastante amplia
Lo mejor es que ese cuidado narrativo en los personajes también se traslada a muchas de las misiones secundarias. Créeme, la cantidad de actividades repartidas por el mapa son muchísimas. Conforme transcurren las horas surgen más, por lo que mi recomendación es hacer un balance entre completar misiones principales y secundarias. Lo anterior, además de ayudarte a tomar un respiro de la historia, te abre las puertas a obtener equipamiento de mayor calidad, desbloquear nuevas habilidades, conocer a más personajes, narrativas y ubicaciones de Night City. En cuanto al número de contenidos no se le puede criticar nada a Cyberpunk 2077; tienes garantizadas decenas de horas de juego.
Previamente señalé que la historia tiene altibajos. No por la narrativa, sino por el diseño de niveles. Hay misiones, tanto principales como secundarias, que son emocionantes. Otras, en cambio, simplemente nunca despegan y son bastante aburridas. Sí, es muy complicado que un RPG consiga mantener un ritmo alto de principio a fin. Ahora bien, creo que el inconveniente proviene de que la gran mayoría de misiones no se arriesgan por encima de ir del punto A al punto B. Es decir, son objetivos lineales que no dan lugar a planear una estrategia anticipada. Por consiguiente, lo único que permite alterar la experiencia es tu estilo de juego. Todo esto se debe, desde mi perspectiva, al problema más grave del título.
Mi mayor decepción con Cyberpunk 2077 es que el mundo abierto se siente totalmente desaprovechado. Night City está desconectado de lo que haces. Es una puesta en escena que solo consigue maravillar por sus imponentes estructuras, por esa atención al detalle hasta en el píxel más alejado del mapa, pero que se olvida de conectarse con el resto de la aventura. La ciudad no tiene vida propia; no solo porque los eventos aleatorios son muy pobres y repetitivos, también por observar calles casi desiertas. La densidad de NPCs y vehículos que transitan por Night City es miserable en la versión de consolas.
En consecuencia, recorrer y explorar Night City se convierte en una experiencia meramente contemplativa. No voy a negar que siempre disfrute verme rodeado de arquitectura sorprendente, de lugares que me hicieron recordar a Akira, Ghost in the Shell y Blade Runner. El asunto es que Cyberpunk 2077 es un videojuego, no un recorrido virtual de una ciudad que es un poema a la distopía. En este mismo sentido, el apartado artístico es más que sobresaliente. CD Projekt ha realizado un trabajo fantástico para crear una zona urbana que visualmente expone su propia personalidad. El cuidado por el diseño de estructuras, personajes —exceptuando a los NPCs—, vehículos, armas y un sin fin de elementos que embellecen la puesta en escena, es para aplaudir. Además, es acompañado por una extraordinaria banda sonora y una selección de música licenciada de lo más variada.
Para finalizar con este análisis, toca hablar del apartado técnico, el más polémico del juego y el que ha causado una avalancha de críticas contra CD Projekt Red. Quiero reiterar que los fallos que aparecieron durante mi aventura fueron pocos, sin embargo, una cantidad menor igualmente es injustificable para una obra de este “nivel”. Cierres inesperados, misiones que no avanzan por un bug en la cinemática, vehículos que hacen movimientos de lo más surrealistas y enemigos que pierden su inteligencia artificial. Es evidente que Cyberpunk 2077 es un juego todavía sin terminar. Es imperdonable que decidieran lanzarlo incompleto priorizando el tema económico por encima de un estándar de calidad.
Si bien en PS5 y Xbox Series X la experiencia mejora significativamente respecto a sus predecesoras, sigue quedando lejos, muy lejos de lo que ofrece la versión de PC. Es una verdadera pena que los puntos positivos del título hayan sido lastrados por la deficiencia técnica que sufre en las consolas. Los jugadores no podemos ser los beta testers gratuitos de las compañías después de haber desembolsado 60 dólares/euros. Espero que esto marque un precedente para aquellos que pretendan lanzar juegos sin completar.
Conclusión
7 10
Cyberpunk 2077 no es el juego revolucionario e innovador que nos intentaron vender durante años, aunque tampoco me atrevería a decir que es un título desastroso en términos generales. No lo es. Hay apartados que se pueden rescatar, aquellos que son capaces de sostener una obra que, extrañamente, palidece en situaciones en las que CD Projekt solía demostrar un dominio excepcional. El principal problema de Cyberpunk 2077 no son los bugs en específico, sino su ambición de querer convertirse en un referente de tantas cosas y quedarse a medio camino en muchas de ellas.
Aún con sus inconvenientes, el juego es capaz de entretener a través de ese desarrollo profundo de sus personajes, de vivir junto al protagonista una aventura interesante con giros inesperados. El robusto sistema de progresión, por su parte, te genera esas ganas de seguir avanzando para mejorar al personaje y dotarlo de habilidades que faciliten su travesía en una ciudad llena de peligros. Y a pesar de que Night City no consigue brillar en lo jugable, es una gozada recorrerlo y contemplar su imponente arquitectura y detalles visuales. Es una lástima que nunca brille en lo jugable.
Fuente: Hipertextual.com