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‘GODZILLA VS. KONG’: Entrevistamos a Alexander Skarsgard

El actor sueco nos habla de la segunda superproducción de acción que se estrena desde que comenzó la pandemia, de su llegada a Hollywood y sus ganas de cine.

Si vas a hacer una película de este tipo, hazla con la gente apropiada. Así de claro lo tiene Alexander Skarsgård (Estocolmo, 1976) cuando se trata de su participación en Godzilla vs. Kong. El actor nos lo cuenta por Zoom desde su Suecia natal después de confesarnos que hace dos años pasó seis meses viviendo en el barrio de Malasaña y que está deseando volver a Madrid: Es una de mis ciudades favoritas.

La película en cuestión es la única superproducción de acción que llega a estrenarse en salas desde hace ya más de un año(a excepción de Wonder Woman 1984, que lo hizo el pasado mes de diciembre, también de la mano de Warner Bros).Y eso es digno de elogio. Además, es la primera vez que los dos monstruos gigantes coinciden en la pantalla desde que la productora Toho lanzó King Kong contra Godzilla en 1962.

Adam Wingard (Blair WitchThe Guest), el encargado de continuar la franquicia de MonsterVerse que nació con Godzilla (2014) y continuó con Kong: La Isla Calavera (2017) y Godzilla: Rey de los monstruos (2019). Me gustan mucho sus películas, pero, en realidad, lo que más me gusta es estar con él. Lo conocí poco antes de arrancar este proyecto y me pareció un tipo muy inteligente, es estupendo salir con él y hacer cosas, así que empezamos a buscar algo para trabajar juntos, explica Skarsgård. Resulta que yo estaba hablando entonces con la gente de Legendary (la productora detrás de la película) para hacer algo, y al final todo encajó. Ellos y Adam Wingard forman un tándem imbatible. Y es cierto que yo no he hecho mucho cine de este tipo ni ninguna película de acción desde La leyenda de Tarzán (2016).

EL FACTOR HUMANO

Productores y director se han esforzado en incorporar a la trama un importante factor humano con el que equilibrar el puro y duro espíritu kaiju eiga de monstruos y destrucción.Es ahí donde encaja su personaje, que no aparecía en entre-gas anteriores, y que le permite explorar esa rareza nórdica de personajes distantes y desapegados del mundo. Es un geólogo y cartógrafo que ha perdido a su hermano en una expedición. Nadie cree demasiado en él, ni él mismo, y lleva tiempo investigando la Teoría de la Tierra Hueca. En realidad este es un concepto antiguo, que viene del siglo XVII y se basa en la idea de que en el interior del planeta hay un espacio vacío en el que la gravedad está invertida. No es un héroe ni un tipo duro, quería evitar precisamente ese estereotipo de que pareciera un soldado de élite preparado para cualquier situación extrema. Mi idea era que pareciera más un nerd de biblioteca, un científico que nunca ha estado en una guerra ni en un portaviones y que, de pronto, tiene que enfrentarse a cosas increíbles.

Lleva la interpretación en el ADN por parte de padre, Stellan Skarsgård (Chernobyl y, próximamente, Dune) y comparte la herencia con varios de sus hermanos (especialmente Bill y Gustaf). Parece razonable que un chaval quiera hacer lo mismo que su progenitor, y en su caso comenzó bien pronto. Con ocho años rodó Ake y su mundo (Allan Edwall, 1984) y un par de películas más en los siguientes años, con un éxito en Suecia tan grande que lo sobrepasó. Prefirió dejarlo y vivir una adolescencia normal: estudió, viajó, trabajó de lo que pudo y, después, pensó que si no volvía a intentarlo lo lamentaría para siempre. Al fin y al cabo, veía a su padre disfrutar con aquello. Así que recomenzó a los veintitantos y, ahí sí, lo tuvo claro. Se curtió haciendo teatro y cine independiente en su país, sin imaginar que un día trabajaría junto a dos iconos del cine fantástico. Las 36 películas de Godzilla que se han rodado desde los años 50 y las 12 de Kong (aunque ahora haya perdido la primacía de King), que nació en 1933, lo acreditan.

COMPAÑERO KONG

Rodar este tipo de películas donde las imágenes generadas por ordenador son tan potentes tiene su dificultad, porque el señor Kong no está ahí cuando actuamos. Lo que ves es un enorme croma verde y para rodar escenas muy emocionales tienes que utilizar tu imaginación, porque no puedes esperar ninguna réplica por su parte. Tu compañero, el señor Kong, no va a ayudarte, comenta. Cabe preguntarse hasta qué punto una superproducción basada fundamentalmente en efectos digitales deja espacio para los actores y el desarrollo de los personajes humanos. El director, Adam Wingard, explicaba durante el rodaje que precisamente en ellos recaía la tarea de llevar de la mano al espectador para que conectara con la historia: Si los amigos de Kong pasan miedo, tú pasas miedo, decía. Skarsgård está de acuerdo.Necesitamos arrastrar al público dentro de la historia, pero tanto Kong como Godzilla son personajes creados digitalmente, lo que complica empatizar con ellos. Eso hace que el trabajo de los actores reales sea fundamental en estas películas.

Entre sus compañeros de reparto se encuentra Millie Bobby Brown, dando continuidad a su personaje de Godzilla: Rey de los monstruosDemián Bichir y Kyle Chandler. También Rebecca Hall, en cuyo debut como directora veremos próximamente a Skarsgård: Passing, un drama rodado en blanco y negro, que ya se vio en el pasado Festival de Sundance. En realidad, una cosa llevó a la otra. Nos conocimos en esta película y es fantástica. Yo ya era fan suyo antes, pero disfruté mucho trabajando con ella. Nuestros personajes mantienen una dinámica interesante porque al principio no tienen nada que ver, pero después van creando una relación más estrecha. Explorando esto nos hicimos muy amigos, y como ella estaba trabajando en su película, me preguntó si quería hacer un pequeño papel con ella. Fue un honor, afirma el actor sueco.

Mucho ha llovido desde que puso el pie por primera vez en Hollywood de la manera más inesperada, cuando interpretó en Zoolander (Un descerebrado de moda) (Ben Stiller, 2001) a un modelo (sueco, claro). Yo ni siquiera tenía representante en Estados Unidos. Fue mi padre, que en ese momento estaba haciendo allí una película y, como nos trasladamos toda la familia, pues yo estaba con él. Su manager me empujó a acudir a una audición en Los Ángeles porque pensó que sería divertido. Fue mi primer casting en Hollywood, una experiencia muy surrealista. De repente me trataban como a una estrella, volé a Nueva York en business por primera vez en mi vida, me alojaron en un hotel espectacular y al día siguiente estaba en el rodaje con Ben Stiller y Owen Wilson. Nunca había subido en limusina antes y aquello era demasiado para un chaval que venía de Suecia. Así es como empecé a trabajar allí. Después ya contraté a un agente, pero me llevó seis o siete años conseguir el siguiente trabajo allí, no vino tan rodado.

los angeles, ca   january 21  actor alexander skarsgård poses in the trophy room at the 24th annual screen actors guild awards at the shrine auditorium on january 21, 2018 in los angeles, california 27522012  photo by john sciulligetty images for turner

UN PIE EN HOLLYWOOD

Siguió trabajando en su país hasta que apareció ese segundo proyecto del que habla, la serie Generation Kill, creada por David Simon y Ed Burns sobre la Guerra de Irak. Estaba permanentemente aterrorizado porque pensaba que me iban a echar. No podía creer que me dieran una oportunidad así en una serie tan buena. Me recuerdo en el set pensando cuánto más íbamos a rodar hasta que resultara demasiado caro sustituirme por otro. Contaba los días y pensaba: Hemos rodado tres semanas, pero todavía pueden cambiarme. Después de dos o tres meses me dije: Bueno, ahora ya sería demasiado complicado. Eso da una idea de la consideración en que me tenía a mí mismo.

El bombazo le llegó con True Blood, en la que interpretó al vampiro Eric Northman durante siete temporadas (A la gente le gustan las historias de sexo y de violencia, y las de vampiros suelen tener mucho de ambas). Lo hemos visto en Melancolía (Lars von Trier, 2011), ¿Qué hacemos con Maisie? (Scott McGehee y David Siegel, 2012) o The Giver (Phillip Noyce, 2014), pero fue su papel de violento marido de Nicole Kidman en la serie Big Little Lies el que le ha valido el reconocimiento generalizado y un Globo de Oro. De su amistad con la actriz australiana ha nacido su colaboración en un proyecto con el que lleva varios años soñando, y en el que se ha implicado también como productor ejecutivo. Se trata de The Northman, una historia de vikingos en la que también estarán Anya Taylor-JoyEthan HawkeWillem Dafoe y Björk. El director es Robert Eggers (El faro). Fue complicado porque rodamos en Islandia entre julio y Navidad, durante la pandemia. Estuvimos seis meses completamente aislados, sin poder ver a amigos ni familia, y fue agotador. Pero me encanta cada segundo de la película, cuenta. ¿Qué ha echado de menos en ese tiempo? Ir al cine a una sesión de maña-na para ver una gran película de acción rodeado de público.Y creo que no soy el único. Estamos deseando vivir esa experiencia colectiva de pura evasión. Espero que Godzilla vs. Kong pueda devolvernos eso.

poster de godzilla vs kong

Fuente: Fotogramas.es

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